TEMPLO EXPIATORIO DE LA SAGRADA FAMILIA 1885


En la fotografía, rebaño de cabras en las inmediaciones del templo de la Sagrada Familia.

La cabra fue uno de los primeros animales en ser domesticados por el hombre y durante mucho tiempo fueron usadas para producir queso, piel, carne y pelo.

Muchos de los marineros y exploradores que salían del puerto de Barcelona, partían con ejemplares de cabras que servian luego como fuente de alimentación.

El ayuntamiento había dictado ordenanzas especificas para regular la cría y el comercio de cabras, ovejas y corderos.

Venta y matanza de cabras, ovejas y corderos, y expedición de sus carnes

Por las presentes ordenanzas quedaba prohibida la existencia de vaquerías dentro de la ciudad, a menos que se construyeran en barrios apartados o en edificios construidos a tal efecto con todas las condiciones del arte.

Las vaquerías o establos de cabras que continuaban dentro de la ciudad o que se situaran a las afuera debían tener suficiente ventilación, marcando el espacio que debía tener cada animal de la siguiente forma:

Para cada res vacuna dejarán cuando menos el espacio de 80 palmos (15,52 metros cuadrados); y el de 30 (5,82 metros cuadrados) para las cabras debiendo estar el pavimento bien empedrado y con la inclinación necesaria hacia un punto donde se recogerían las aguas y en cuyo depósito la entrada quedaría cubierta con un platillo de abrevadero.

Dedica dichas ordenanzas a esta sección los artículos 278 al 281 con instrucciones parcas y teniéndolas, estas carnes, como de la peor calidad, así que sólo dice que la matanza y venta de dichas carnes se podrá hacer durante todo el año, excepción hecha de entre los días 20 de junio al 20 de septiembre inclusive.

Como es lógico ordena que no pueden ser puestas a la venta sin permiso de de la autoridad del Matadero público, que debería no sólo declararlas sanas, si no también bien nutridas, a diferencia de otros tipos de carne, indicando expresamente que no se podían poner a la venta en los mercados público y sí en puntos distantes que la administración fijaría y que vigilaría para que dicha carne de cabra, oveja o cordero no fuera vendida como de carnero.